sábado, 24 de mayo de 2014

Somos masocas o es por diversión?"..

Nos encanta los retos, nos empeñamos a luchar por lo imposible, a lo que nos cuesta la vida. 

Porque, quizá lo más difícil de conseguir es lo que nos hace mantenernos vivos. 
Ver que es inalcanzable nos hace sentir que valga la pena. O eso es lo que creemos. "Por qué nos empeñamos realmente a que la puerta se abra si, quizá ni siquiera hay puerta?"..

Nos emperramos, muchas veces, en algo que ni siquiera tenemos posibilidad. Pero a veces, pensar que tenemos una probabilidad entre mil, hace que lo intentemos, hace que nos esforcemos para que por lo menos haya una puerta visible.
Queremos llegar hasta el final, aunque luego la puerta nos de en las narices. Preferimos eso, preferimos ese golpe (Que a veces, llega demasiado tarde. Cuando ya no hay remedio de sufrir tontamente) a quedarnos con la duda. Y ante la duda preferimos arriesgarlo todo. Aunque luego el único perjudicado seas tu mismo.

No nos preparan para afrontar lo que queremos luchar, "no nos enseñan a no sufrir". Eso nos lo enseña la vida, a base de experiencias, de retos, de esfuerzos, de sacrificio.
Nos enseñan a intentar, a seguir..por muy duro que sea el camino. Si eso es lo que realmente te hará feliz, si crees que es verdaderamente lo que te llenará..sigue adelante, sigue intentandolo, no te rindas. Porque quizá, estando por ese camino, no siempre consiguirás lo que quieres, pero a veces, te sorprendes y puede que consigas otras metas que jamás te imaginaste, pero que te llenarán más incluso que los retos que habías empezado.

No dejes de intentarlo, nunca te rindas. 
Después de todo, a veces la última llave es la que abre la puerta y si no hay puerta siempre se puede construir.