El que te necesita te busca, el que te quiere te lo demuestra, sobretodo en los pequeños detalles. El que te valora te idolatra. El que le importas, lo sientes, y si lo sientes, no lo dejes escapar. Porque si lo dejas ir, una parte de ti se va con el y siempre añoraras la parte que se fue.
Te das cuenta que amigos, amigos de verdad, esos que cuando los necesitas pondrías la mano en el fuego por ellos, sabiendo que lo estarán. Esos amigos son contados con una mano, una mano de pocos dedos.
Te das cuenta que esos son los que lloraran contigo o se llenaran de felicidad si tu lo estás. Que prefieres tener los mínimos, pero los que valen la vida, calidad antes que cantidad, y entonces, y solo entonces, empiezas a valorar la palabra amistad solo si son de verdad y tengan el coraje de seguir ahí cuando las cosas tiemblen.
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