Muchas veces, no encerramos en nosotros mismos guardando pensamientos, sentimientos incluso sueños o situaciones que nos gustaría que pasara.
En cambio, nos conformamos sólo con nuestra imaginación. Porque, en ciertos casos, no tenemos el suficiente coraje como para hacerlos realidad.
O tal vez no tenemos el coraje de aceptar lo evidente.
No hay comentarios:
Publicar un comentario