Cada día de tu vida, vívelo de tal forma que te sientas satisfecho al finalizar el día. Porque nada es más placentero, que llevarte a la cama y buen sabor de boca.
Cada día te sentirás con buena energía al ver que tu vida está dichosa.
Ten empeño, en aquello que quieras alcanzar o en aquello que sientas la necesidad de conseguir.
Porque nada tiene más mérito que quién no deja de intentarlo y nada es más confortable que tener una meta en la que poder motivarte cada día de tu vida.
Si no sabes lo que quieres, sal a la calle y búscalo, seguro que encontrarás algo en lo que estimularte.
Siempre hay algo por lo que vale la pena seguir luchando.
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